En instituciones educativas

Las señales de alarma del acoso escolar y del ciberacoso en el aula y en el centro educativo suelen manifestarse de manera sutil al principio, pero se vuelven cada vez más evidentes cuando algo no va bien. En el plano escolar, pueden observarse cambios bruscos en el comportamiento del alumnado, como la pérdida repentina de interés por asistir a clase, la bajada del rendimiento académico o la evitación de determinados espacios o compañeros. También son indicadores preocupantes el aislamiento social, la falta de participación en actividades grupales, el nerviosismo ante la presencia de ciertos estudiantes o el uso reiterado de excusas para no acudir al centro. En el entorno digital, las señales incluyen el miedo o rechazo al uso del móvil o de las redes sociales, la aparición de mensajes o publicaciones ofensivas, el cambio de hábitos en línea o el estado de ánimo alterado tras conectarse a internet. Desde el centro, el profesorado y el equipo orientador deben estar atentos a actitudes de burla, exclusión o agresividad entre iguales, tanto presenciales como virtuales, ya que pueden ser reflejo de una situación de hostigamiento. Identificar a tiempo estos signos —como el retraimiento, las quejas somáticas, el llanto sin causa aparente o la sobreexposición digital— es fundamental para activar los protocolos de actuación, ofrecer apoyo emocional y garantizar un entorno educativo seguro, inclusivo y libre de violencia.

Ruta para detectar señales de alarma de acoso escolar y ciberacoso